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quarta-feira, 11 de julho de 2012

Nanotecnología: el futuro es minúsculo


Películas como El Chip Prodigioso o El Gran Viaje nos hicieron pensar en qué pasaría si introdujésemos en nuestro organismo pequeños robots capaces de curar o alterar el cuerpo humano. ¡Descubre el diminuto mundo de los nanobots!


Es curioso ver cómo se ha evolucionado a lo largo del tiempo: durante la larga Edad Media el conocimiento y la tecnología se estancaron, y en los últimos cien años hemos avanzado más y más rápido que en toda nuestra Historia. Y si existe una rama de la tecnología científica que ha despuntado sobremanera, ésa es la medicina; y no lo decimos sólo por ejemplos como los robots que en muchos sitios se empiezan a utilizar para operar, sino por vías de investigación como la que os traemos hoy a la palestra: la nanotecnología.  ¿En qué consiste la nanotecnología? ¿Qué aplicaciones tiene? Bienvenidos al futuro: la nanociencia.
El nanómetro

Para entender todo esto hay que comprender bien que es un nanómetro: se trata de una medida atómica (es decir más pequeña aún que un micrómetro, que es la millonésima parte de un metro) creada para poder medir los nanomateriales, que son los átomos y las moléculas. ¡Así de sencillo!

En 1965 el premio nobel de física Richard Feynman fue el primero que hizo alusión a todas las aplicaciones y usos de la recién nacida nanociencia; desde entonces esta rama de la tecnología ha ido creciendo sin parar. Así pues, ahora se puede "mirar" el organismo a un nivel y con una precisión nunca vistos antes, y por lo tanto atajar problemas de la vida diaria de forma mucho más precisa.
El nanobot

Una vez descubierto que se puede "ver" a nivel atómico el siguiente paso lógico, gracias al avance de la robótica moderna, es fabricar robots microscópicos para poder usarlos en multitud de contextos. Así nacieron los nanobots o robots nanométricos: podemos hablar de robots "inteligentes" que, armados con cámaras, pinzas, sensores o giroscopios, pueden ser usados en aplicaciones muy diversas como la medicina. Pensemos en pacientes de cáncer: ahora se aplica la química para poder eliminar las células malignas; en un futuro se inyectará al sujeto una solución de nanobots que viajarán desde el torrente sanguíneo hasta el tumor y lo atajarán de forma expeditiva: un tratamiento mucho más efectivo y con menos efectos secundarios. Y ésta es sólo una de las aplicaciones: también está el uso de estos minúsculos robots para la producción de energía, la detección de plagas, el control de la contaminación atmosférica y por supuesto (y por desgracia) la industria bélica.

Esto último supone para muchos científicos un impedimento moral, puesto que de ser usados los nanobots como armas podría ocurrir justo lo contrarío que en el ejemplo de curar enfermedades: es decir que (hipotéticamente hablando) se podría provocar un colapso en el sistema nervioso o cualquier otro sistema o elemento de nuestro organismo. Evidentemente esto es algo que tardaremos muchísimos años en ver (y esperamos que nunca llegue a utilizarse con ese fin), pero es una de las posibilidades que existen.
Fabricación

Éste es un paso realmente fascinante. Para poder fabricar estos micro robots, se precisan de al menos dos elementos: el silicio y el oxígeno; ambos serán el "alma" del robot. Hacerlos funcionar es ya otra historia, puesto que existen hasta bio-robots compuestos por silicio y oxígeno pero impulsados por bacterias (actualmente en desarrollo sobre todo en factorías japonesas). Los más comunes precisan de algún tipo de combustible para moverse; siguiendo con el ejemplo de los nanobots médicos, estos prototipos aprovechan como "combustible" un tipo de proteína que se oculta en nuestro cuerpo.
Una vez solventado el problema de la autonomía, otro gran reto fue pensar cómo conseguir que se muevan a donde nosotros queremos; aquí cada fabricante usa su propio criterio, desde piernas de ADN, hasta celios o piernas de bacterias para desplazarse... El caso es que ya se ha conseguido exitosamente: sin duda, este tipo de tecnología es el futuro.

Funcionamiento

Estos pequeños obreros conseguirán detener hemorragias, reparar vasos sanguíneos o incluso crear moléculas en el propio interior del cuerpo; todo esto ayudará a que nuestro organismo aguante mucho mejor el desgaste provocado por el paso del tiempo. Evidentemente todo este proceso es muy complejo y todavía no se ha logrado llevar a cabo con éxito ninguna de estas operaciones, aunque se avanza a buen ritmo.

Para poder manejar estos eficaces obreros va a hacer falta un emisor, un mando a distancia que a modo de capataz dicte qué labores han de realizarse y dónde, monitorizar toda la actividad y supervisar que todo marche correctamente; otro de los problemas a solucionar es cómo asimilaría unser  humano este tipo de tratamientos. Una de las mejores capacidades de estos monstruitos minúsculos es la prevención, ya que también está contemplada la posibilidad de que se monitorice desde dentro a enfermos crónicos con, por ejemplo, dolencias de corazón; de esta forma y a modo de doctores mecánicos lanzarían una respuesta rápida para alertar de la más minúscula anomalía.
El futuro del futuro

Después de todo esto aún quedan unos últimos pasos que dar: la inclusión de inteligencia artificial y la auto-replicación, para que estos nanobots tengan una autonomía real y puedan fabricar más de sí mismos para no tener que inyectarlos continuamente en la sangre y para reparar los dañados y suplir las "bajas". No hace falta, en principio, que dicha inteligencia artificial sea muy compleja: bastará con enseñarles a evitar peligros y funcionar de forma automática ante determinados estímulos. Obviamente esto todavía es un sueño, pero es bueno saber que ya se tiene en mente.
Está claro que con todo esto se podría operar a una persona con una inyección de esta solución; las enfermedades autoinmunes y las degenerativas serían erradicadas al poder atajar el problema de raíz. Aunque para ver esto todavía tiene que pasar muchísimo tiempo, la primera piedra ya se ha puesto: estos pequeños robots tan sólo han empezado su camino. Estas tecnologías siguen aún en el terreno de la ciencia-ficción, pero la meta está clara y los científicos ya empiezan a ver el camino hasta ella. ¿Recuerdas "El chip prodigioso"? Quién sabe si muy pronto podría hacerse realidad...

Fonte: Vadejuegos